Es tan solo una nota musical, un acorde simple y melodioso. Son palabras que riman a la perfección apegándose al barroco. Son lienzos vivos, frescos y atrevidos. Por una guitarra, por un bolígrafo, por un pincel: todos instrumentos, felices de compartirle al mundo el sabor del arte.
¿Si el mundo pensara en el artista más grande de todos, en quien pensarían? Tendría que ser alguien con una creación única, esplendida y asombrosa… alguien insuperable e incomparable. Todos querrían trabajar para él; el barro, la tela, los platillos, los tenores, harían fila para ser usados y transformar el silencio o el blanco en una obra maestra.
Pues ese artista existe, le suelen llamar Dios, Jehova, le llaman Señor, y yo le llamo papa. Y ser instrumento para Su obra es el papel más importante y confortante que puede existir. Significa ser usado para combatir la oscuridad, para amar el bien y transmitir el sentimiento a los demás. Significa llenar los oídos con palabras de esperanza y verdad. Es poner en los ojos la revelación de los misterios, es entregar en las manos aquel libro que ha cambiado vidas por generaciones.
El instrumento se caracteriza por tener una función, un propósito en la vida, tiene establecido el compas donde entra. El instrumento es el canal de la inspiración del autor, y cuando nos dejamos usar por el creador de cielo y tierra, nos percatamos de la calidad de arte que podemos hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario