domingo, 30 de octubre de 2011

Viejos Hábitos

Que sencillo es recordar cuando el presente es pasado, y basta con un corto trago para recordar el sabor amargo de los errores. Se manchan los dientes, la garganta lo reciente, los ojos se aprietan esperando a que el mal sabor pase de pronto. Lo difícil es quitarse el sabor después de haberse vaciado la copa. Es una copa vieja, sucia, guardada en el armario con el fin de sacarla algún día, cuando se debió haber arrojado por la ventana para que la misma basura la consumiera.

Es sencillo caer en los mismos errores una y otra vez, andar por la vida en espirales eternas y hacerse callos espirituales para no senti culpa o verguenza. Lo difícil es aceptar las debilidades y reconocerlas a quienes hemos fallado, comenzando por Dios y terminando en terceros. Es sencillo caer y levantarse, pero es difícil la faena de no querer caer de nuevo.

Con rodillas marcadas por las súplicas, con las lágrimas secas en las mejillas, esperando el dia que no se diga "he fallado de nuevo". Que difícil no tener miedo a volver a caer, pero muy sencillo volverse a Dios y pedirle que nos permita empezar de nuevo.

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